22 feb 2012

Ecoinnovación

Normalmente no soy asiduo a programas de televisión o radio en general, pero  menos especialmente a los que se refieren a innovación como eje de sus contenidos, a pesar de ser un amante de la innovación y defensor a ultranza de esta (por ello hubiera preferido una victoria de La Sereníssima en el reciente concurso de agrupaciones del Carnaval de Cádiz, a pesar de que me encantaron Los Duendes Coloraos).

Me centro. En estos programas (muchos y muy buenos), el corazón que los mantiene con vida no es la innovación en sí, sino la tecnología. Prácticamente el 100% de sus contenidos versan alrededor de un aparato de reciente creación que ha solventado este o aquel problema. Y lo que yo echo de menos, es un poco de ecoinnovación, si se me permite el término.

La innovación es algo más que gastarse tantos euros en tecnología. Innovar es cambiar un paso de mi proceso productivo, es dar formación moderna y aplicada de modo que se consigan resultados, y puede estar o no apoyada en la tecnología, que siempre será de ayuda, pero que siempre estará por debajo del poder del pensamiento en general.

La partícula eco, prostituida tantas veces, se le antepone para hacer ver que es innovación positiva, sostenible, limpia o como queráis llamarla.

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